UNA EXPERIENCIA EN BEZA

Ya tenía su red armada, no estaba sola. Fue acompañada y sostenida.  Nació su beba Lila. Nació ella como madre. Fue apoyada por una puericultora en su lactancia. Volvió al grupo de crianza, a yoga postparto. Compartió, se desarmó, se volvió a armar. Disfrutó, se río, fue sostén de otras. Atravesó la dificultad de volver al trabajo, banco de leche…no estaba sola.  Lila comenzó el taller de juegos. Cuanto sentido habitar ese nuevo espacio, ahora enriqueciendo su vínculo a través del juego.  Llegó la segunda gestación.  Esta vez con muy pocas semanas sabía que quería ser parte de un nuevo grupo de mujeres gestantes. Armo una nueva tribu. En esta gestación el reposo llegó unas semanas antes, con más miedos e incertidumbres. El zoom fue un gran aliado para los encuentros, junto a las meditaciones y visualizaciones guiadas. Y el gran deseo de la despedida de panza presencial se hizo realidad en su casa.  Y así seguimos hoy en los encuentros de crianza, viendo a Euge volver a nacer en este ser madre de dos; viendo a Lila nacer como hermana, y a su papá acompañando también en los talleres de juego.  Los casi 5 años que está por cumplir BEZA nos permiten acompañar estás transformaciones en continuidad. Sentimos así que la misión esta cumplida, que la mirada está puesta en la prevención y que estos recorridos nos demuestran sus frutos.

Agostina Caruso

Directora de BEZA