Se trata del arte de combinar la profesión y la maternidad, dos áreas de nuestra vida que sin duda nos generan pasión, pero también nos demandan mucha energía y una precisión en nuestra organización, donde nada, pero nada puede fallar. Porque si una pieza se mueve puede comenzar el efecto dominó. A veces hasta parece algo táctico, y en nuestra cabeza vamos ensayando los horarios, las retiradas, los turnos, las reuniones laborales. Sin duda queremos ser buenas en todo eso que emprendemos… ¿Se puede? Esta es la gran pregunta.
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