13 Dec
13Dec

Necesitamos ser mirados desde el instante en que nacemos. La mirada nos permite dirigir nuestra atención y estar allí presentes. 

Si recordamos nuestra infancia, o escuchamos a nuestros hijos, seguramente es fácil traer a la memoria muchas escenas donde el “Mirá má, mirá má”, es protagonista. Ese dibujo, las primeras pedaleadas en bici sin rueditas, una pirueta, lo alto que llego hoy con la hamaca; ese nuevo logro necesita ser mirado, sentido y así compartido. 

Muchas veces he presenciado espacios de juego donde los niños desaparecen, porque no son sin esa mirada. En apariencia estamos compartiendo un espacio con nuestros hijos, pero las miradas son captadas por la pantalla del celular. Estamos riendo, o nos estamos preocupando por algo que está sucediendo en otro lugar, claramente no estamos allí presentes. 

Como adultos es cierto que necesitamos esos tiempos, y no se trata de renegar las nuevas formas de comunicación (o sobre comunicación). Pero es muy importante que podamos respetar ese tiempo único e irrepetible con nuestros hijos, y estar allí presentes con todos nuestros sentidos. Es importante para ellos y es importante para nosotros. Seguramente podemos dejar el celular para más tarde, y AQUÍ y AHORA, mirar, conectar, sentir, y disfrutar. Vale la pena intentarlo!

Dra. Agostina Caruso                                                                                                           Psicóloga Perinatal                                                                                         www.bezanordelta.com                       

Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.