Cuando me convertí en madre, no pensaba que había un camino hacia el parto. Simplemente creía que cuando llegara el momento, contaría con todos los recursos necesarios para parir fisiológicamente a mi primer hijo. Una parte de esta premisa, era verdadera. Está en nosotras el poder de parir y tenemos todo lo que necesitamos; pero sin embargo, muchas veces es necesario transitar un proceso para descubrirlo. Un camino que nos permita conectar con la libertad de nuestro cuerpo y nuestra mente, necesaria para poder parir.
Hija de un obstetra, crecí pensando que los partos los hacían los médicos. Qué pensamiento tan sesgado! Me llevó años cambiar mi discurso para poder preguntar ¿Quién acompañó tu parto? En Lugar de decir ¿Quién te hizo el parto? ¡El parto lo hacen las mujeres junto a sus bebés!
Y cuanto menos intervenimos, todo fluye, porque es fisiológicamente perfecto.
Pero ¿Qué pasa cuándo se activa el miedo? ¿Qué pasa cuando no conocemos ni confiamos en todo el poder de nuestro cuerpo? Nuestro pensar se activa, nuestro neocórtex se despierta, y se hace más difícil llegar a nuestro cerebro primitivo, que es el que debe protagonizar este momento.
Entonces ¿Porqué hablo de un camino hacia el parto? Porque desde mi experiencia personal y profesional, es ese camino, el que le permite a la mujer dejar de estar atenta al afuera para estar pérdida en el adentro.
De la mano de R. Shalman, aprendí que en este camino, el abordaje debe partir del trabajo con el propio cuerpo, el cual nos revela mucha información y colabora fuertemente en “destrabar”, en descubrir a partir del Abordaje Corporal Emotivo del embarazo. Desde mi práctica profesional observo también, cómo las visualizaciones guiadas, y la meditación permiten a la mujer gestante profundizar en sus emociones y en el vínculo prenatal, siendo este último un factor que también facilitará el camino hacia el parto fisiológico, entre otros beneficios.
Por esto, sea cual fuere el camino, que haya UNO. Que nos permita re-preguntarnos, revisar nuestras creencias, nuestros propios nacimientos, los partos anteriores, los mandatos familiares y de la sociedad, que nos permita SER LIBRES. Y así no sólo poder elegir y defender el parto que queremos, sino también, poder elegir con quienes Y así, transitar con presencia, amor, respeto y confianza nuestro embarazo y parto.
Dra. Agostina Caruso
Psicóloga Perinatal
Directora de BEZA