03 Jun
03Jun

Ibone Olza, psiquiatra perinatal, analiza el parto desde la perspectiva de la psicología y la neurociencia, explicando que el mismo pertenece a la vida sexual.  De hecho, son las mismas hormonas las que regulan el proceso de la sexualidad y el parto. Por ende, sostiene que para parir bien necesitamos lo mismo que para hacer el amor bien: sentirnos seguras, no sentirnos observadas, encontrarnos en un clima de confianza, intimidad y sin interrupciones.

El parto es desencadenado por hormonas que se producen en el cerebro del bebé y en el de la mamá. Esa liberación de hormonas hace que la mujer entre en un estado diferente y perciba el tiempo y la realidad de manera distinta.  Al acabar el parto, la mujer tiene los niveles más altos de oxitocina de su vida, de endorfinas, y de catecolaminas, y el bebé también.  Ibone Olza menciona que este estado irreproducible, sólo puede darse si la mujer tiene un parto fisiológico. Así, la mamá y el bebé están con el cerebro “como en otro mundo”.  La naturaleza ha previsto que este encuentro sea amoroso y gozoso,  y que quede muy gravado, logrando así que ambos quieran estar juntos.

Asimismo, Ibone Olza, reflexiona acerca de los efectos de la separación durante este primer encuentro entre la madre y su cría.  Si a una leona le quitan su cachorro tendrá una reacción agresiva, e intentará atacar.  En cambio, en las mamíferas humanas, si les quitan a su bebé al nacer, y generalmente el que lo hace es un pediatra, no lo va atacar, ya que esta separación se argumenta como necesaria.  Pero probablemente todo esto tenga un costo para la diada mamá-bebé. Por esto, hace un tiempo ha empezado un movimiento que busca imponer la concientización de la primer hora sagrada al momento del nacimiento.  Según Ibone Olza, la separación con su bebé en ese primer momento, y todas las situaciones que entorpecen y violentan el proceso natural del parto, son introyectadas por las madres, y por esto hay muchas mujeres que después del parto se sienten mal emocionalmente, con mucho sentimiento de culpa, y pueden sentir que les han fallado a sus bebés. 


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