Cuando hablamos de salud mental en la etapa perinatal, es necesario tener en cuenta los posibles problemas o el sufrimiento psicológico que pueda traer una madre en particular, sea por antecedentes personales o por sus circunstancias vitales. Pero no sólo eso; también tiene una gran influencia la forma en la que se asiste el parto, las prácticas realizadas y su vivencia personal.
En lo que concierne al posparto inmediato, hay multitud de estudios que demuestran que el contacto piel con piel tras el nacimiento es el factor más importante para predecir el éxito y duración de la lactancia, así como para un óptimo establecimiento del vínculo madre-bebé, algo crítico en todas las especies mamíferas, ¡¡y más crítico cuanto más inteligente es la especie!!.
Uno de esos estudios se realizó en Rusia con 174 parejas de madres y bebés recién nacidos. Se hicieron cuatro grupos.
Un año después, al analizar el comportamiento de cada grupo, se observó que el contacto piel con piel y la lactancia temprana en las dos primeras horas después de nacer potenciaba la sensibilidad de la madre hacia el bebé, la capacidad de autorregulación de éste y el apego entre ambos. En cambio, el efecto negativo de la separación durante las dos primeras horas no era compensado por la permanencia juntos en la habitación. Asimismo se observó que vestir al bebé antes del primer contacto también afectaba al grado de apego entre la madre y el bebé. La conclusión es que ambos deben permanecer juntos piel con piel tras el nacimiento sin interrupción durante al menos dos horas, y estar juntos en la misma habitación durante el resto del ingreso en el centro hospitalario.
Texto recuperado de http://saludmentalperinatal.es/las-dos-primeras-de-vida-impacto-vinculo-madre-bebe/